PANES Y CERVEZA PARA CELÍACOS

lunes, 8 de febrero de 2010





Teniendo en cuenta a este sector la población, que sufre de esta enfermedad, que le priva de los placeres de la vida que son habituales y a veces desvalorados por el común de la población, entre estos placeres está el bendito “pan” y la reina de las bebidas la “cerveza”, como estos productos son elaborados con cebada y trigo (normalmente), no pueden ser consumidos por las personas que sufren de este mal, pero como el hombre siempre sorteo todas sus limitaciones y la necesidad es la madre de todos los inventos, se han creado equivalentes de los mismos para que por lo menos se acerquen a los gustos conocidos y así no privarles del todo de una vida adecuada en alimentación.-
Los equivalentes son el maíz, la soja, el arroz, y la quinoa, una cerveza de maíz tiene el mismo principio de elaboración que las demás, solo que no se utiliza cebada, pero el proceso es el mismo, por supuesto no tendrá el mismo sabor que la otra, pero partiendo de la base que no se tiene otra opción creo que muy buena, y al final es “cerveza”, y marea igual que cualquiera, si es esto lo que se está tratando de obtener.-
RECETA DE PAN PARA CELÍACOS, En base a esta receta seguir los pasos para elaborar las facturas anteriores haciéndolas aptas para celíacos.
Preparación de pan para celíacosIngredientes500gr. de maicena 200gr.de harina de maíz 40 gr. de levadura de panadero 15gr. de manteca de cerdo Sal
PreparaciónCalentar dos vasos de agua, desmenuzar la levadura en ella y remover hasta que se diluya. Para conseguir que se ponga espumosa, dejar que repose unos 10 minutos. En un cuenco mezclar la harina de maíz, la maicena y la sal. Picar por encima de la manteca de cerdo, haciendo pedacitos del tamaño de un garbanzo. Amasar con los dedos la manteca y la harina, hasta que la grasa se haya desecho del todo. Hacer un hueco en el centro. Verter en el hueco la levadura diluida en agua, y mezclar bien todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea. Poner la masa sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada con maicena y amasarla durante 10 minutos. Formar una bola y envolverla en una hoja de film transparente ligeramente engrasada. En lugar cálido, dejar que repose aproximadamente durante 1 hora ( hasta que doble su volumen). Para eliminar las burbujas, colocar de nuevo la masa sobre la superficie enharinada y aplastarla con los nudillos de ambas mano. Darle la forma deseada a mano, tanto si se desea realizar una barra como si se quiere obtener unos bollos para bocadillos, etc. Si lo que se pretende obtener es pan de molde, utilizar un molde rectangular. En cualquier caso, tapar la masa con un paño y dejar que las piezas doblen su tamaño en el molde.-A calor medio-fuerte, el tiempo de horneado del pan depende del tamaño de las piezas de la masa. Nota: Parte de la harina se puede sustituir por harina de arroz, soja o quinoa (que se puede conseguir en el tinglado de los bolivianos sobre Ana Diaz en el mercado 4). Las harinas comunes se pueden sustituir por preparados panificables sin gluten.
El pan es uno de los alimentos más habituales y por razones económicas y culturales el celíaco a menudo come pan. En la medida en que lo haga se desarrollan alteraciones intestinales de mayor o menor severidad que pueden producir una serie de complicaciones de las cuales la más importante es el riesgo de desarrollar tumores malignos en el intestino.
Panificar una harina sin gluten se puede preparar a partir de arroz, maíz o soja, aunque los mejores resultados se han obtenido del almidón de trigo. Sólo con la fécula de almidón no se puede panificar, es preciso añadir ciertos productos con grasa, azúcar, espesantes (albumina de huevo, goma de guar), ácido ascórbico y caseinato sódico, con los cuales se consigue la retención del gas, obteniéndose un pan ligero fácil de comer.
Encontrar todos estos productos puede ser complicado para el panadero, por lo que se recomienda comprar harina sin gluten que se comercializa preparada.
Uno de los problemas que encontrará el panadero con este pan es que resulta de un gusto un tanto insípido para el consumidor habituado al sabor habitual del pan común. Es el precio que hay que pagar.